LAS FRONTERAS Y LOS LÍMITES
BABEL
En esta nueva entrada, os recomendaré la
película “Babel”, que dirigida por Alejandro González salió a los cines en
2006. Sin embargo, dado que la voy a analizar desde mi punto de vista, os
advierto de que este comentario contiene SPOILER.
En esta trama de suspense y drama, los
personajes principales estructuran su presentación y participación en grupos de
cuatro escenas que se distinguen por los cambios de espacios geográficos y
momentos de tiempo. Aunque entre ellas no se establece exactamente una armonía
cronológica, pues no coinciden los momentos de una historia con los de la
siguiente, sí que se mantiene de alguna manera una distinción temporal que nos
permite percibir cómo, a medida que avanza la trama, algunas historias se
superponen. Así, se empiezan a complementar, dando lugar a un lazo de conexión
que sirve, como explicaré más adelante, para relacionar el dolor y el
sufrimiento distinto pero igual en las personas, con independencia de su
procedencia o cultura.
En la primera escena del primer grupo de
cuatro, se nos presenta a los primeros personajes principales, los hijos de una
familia marroquí, Yussef y Ahmed, quienes, tras recibir como regalo un rifle
que su padre había comprado a otro vecino para que pudiesen batir a los
chacales que amenazaban su ganados, empiezan a jugar con el arma midiendo la
distancia que alcanzan los tiros. Disparando contra piedras primero, pero
contra un autobús después. Cuando se dan cuenta de que han provocado un
accidente dentro del autobús de turistas, huyen y esconden el arma.
En cuanto al espacio, encontramos el típico
paisaje desértico propio de las zonas del norte de África como son Marruecos,
Sahara o Argelia. Un paisaje arenoso, con casas muy precarias y una población
anclada en el sector primario con una economía de subsistencia.
Así, se enlaza con el siguiente grupo de
personajes, dos niños americanos, Mike y Debbie, que se esconden jugando de su
niñera Amelia, una mexicana que prácticamente los ha criado y que se está
encargando de ellos en ese momento porque los padres de los niños están de
viaje en Marruecos, intentando recuperar una confianza perdida y tratando de
poner solución a sus problemas maritales. El espacio en el que se desarrolla
esta escena, la casa de la familia, contrasta mucho con el paisaje anterior,
pues aquí encontramos una casa moderna, con tecnologías y juguetes para que los
niños se diviertan. Una casa de una familia de clase media como las americanas
actuales.
La pareja es la que se presenta en el tercer
grupo, y como ya podréis haber supuesto gracias a vuestra avidez, sí, es Susan,
la mujer, quien recibe el disparo de los niños del primer grupo de personajes.
Por esta razón Susan es trasladada a un pueblo cercano, para que pueda ser
tratada al menos por un veterinario y esperar allí una ambulancia, pues en el
autobús el hospital más cercano les supone unas cuatro horas de viaje, tanto
que la resistencia de Susan podría no superar.
Y en el cuatro grupo, se nos presenta, aunque
parece que sin ningún tipo de relación, una adolescente japonesa, Chieko. Es
sordomuda y sufre un aparente trauma por haberse encontrado el cadáver de su
madre, que se había suicidado. Esto le ha creado problemas que le afectan en
otros ámbitos de su vida como es el amor. Ella quiere ser querida como otras
chicas de su edad pero su grupo de amigas, también sordomudas, y ella, no
parecen interesarles a los chicos, que se burlan de ellas. Para conseguir su
atención hubieron de provocarles enseñándoles sus vaginas. Ellos las invitan a
drogarse y a ir a una discoteca donde al final Chieko acaba siendo abandonada
por su ligue, al que ve besando a otra chica. Por este motivo, Chieko abandona
la sala y se va destrozada, sintiéndose vacía e incompleta. Y llama a un
detective que le había preguntado anteriormente por su padre, un empresario
adinerado y aficionado a la caza de lujo en diferentes continentes. ¿Os sugiere
algo? Os daré otra pista. Cazó en Marruecos en una ocasión y le regaló un rifle
a un aldeano marroquí que se había portado bien con él.
En todo caso, siempre, cuando se acaba con la
escena de Japón, un escenario ultra edificado donde los rascacielos tienen
luces para que los aviones los vean sin problemas, con un denso tráfico
permanente, y pionero en las más novedosas tecnologías, regresamos al primer
grupo de personajes, al paisaje autosuficiente y desértico.
Ahora, Yussef y Ahmed intentan distraer a la
policía, que tras recoger algunas pruebas y apalear al primer sospechoso, quien
les había vendido el arma, buscan al padre de los chicos. Así que Yussef decide
engañarles cuando estos en su busca deciden preguntar a los chicos, quienes
estaban huyendo de su casa. Al indicarles un lugar en el que no vivían para
ganar tiempo y salvar a su padre, quien no sabe nada más aparte de que una
turista americana había sido disparada por un terrorista, algo que a su mujer
le extrañaba porque allí no había terrorismo. Pero finalmente son encontrados
por la policía y como habían alcanzado a su hermano Ahmed en la pierna con una
bala, se puso a disparar contra la policía, hasta que Ahmed recibe otro
disparo, muere, y Yussef se entrega a la
policía para que ayuden a su hermano, que muere, en cierta parte, por su culpa.
Mientras, Amelia, que esperaba que la tía de
los niños los cuidara porque ella tenía que ir a México a la boda de su hijo,
recibe la llamada de Richard, el padre de los niños, contándole que Susan ha
sido disparada, que está muy grave y que necesita que se quede con los niños.
Así que, tras intentar dejarlos con alguien de confianza que los cuidase y ver
que nadie se podía ocupar de ellos, y rechazando no asistir a la boda de su
hijo, decide llevarse a los niños a México, suponiendo que nada malo pasará y
que los niños lo pasaran bien. Entonces vemos que en el espacio se está
representando una boda mexicana, con muchos colores, una música muy viva, pero
unas viviendas un tanto precarias como las del primer grupo de personajes,
aunque en un lugar geográfico bastante distante.
Entre tanto, Susan se está muriendo, ha
perdido mucha sangre y está muy débil. Richard recibe la noticia de que la
ambulancia no irá, pero lo hará un helicóptero que no se sabe cuánto tardaría
en llegar, bajo la advertencia del veterinario que la atiende de que es
necesario que acuda a un hospital con urgencia. Y a parte de este mal trago,
los demás turistas que viajaban con ellos son unos egoístas que sólo piensan en
sí mismos y que no quieren pasar más tiempo esperando a que el matrimonio se
encuentre a salvo, porque tienen miedo de correr la misma suerte y quieren
llegar, por distintos intereses, a sus destinos. Pero como cada una de cal,
otra de arena, el pueblo marroquí en el que se encuentran se ha volcado en
intentar ayudar a Susan, aunque la burocracia política de ambos gobiernos la
estuviese retrasando. Y eso cambia la manera de ser de Susan, que al principio
se sentía como asqueada por todo, como si todo la fuese a enfermar. Por
ejemplo, lavándose cada poco las manos o tirándole los hielos a su marido por
miedo al agua con la que pueden haberlos hecho en un lugar como el bar en el
que se encontraban. Tras ver la hospitalidad y la ayuda que le dedicó esa gente
en la que tan poco confiaba, cambió de parecer, y empezó a comportarse con
cierta empatía y cariño.
Finalmente el helicóptero llega a tiempo para
rescatarla, es trasladada a un hospital y después de varias operaciones
consigue recomponerse.
Cuando Susan consigue estar a salvo, sus
hijos se encuentran en peligro. Volvemos a México, y Santiago, un sobrino de
Amelia, se dispone a pasar la frontera para dejarlos de nuevo en casa, entonces
un guardia les empieza a poner demasiadas pegas, como si supusieran algún
peligro para los niños. Amelia, les cuenta que es su niñera, que la conocen desde
siempre y el motivo por el que habían cruzado. Pero el agente no deja de
increparles -buscando algún delito donde sea-, y Santiago, asustado y nervioso
tras percatarse de la intención del guardia, y después de que su tía no tuviese
una autorización paterna de los niños que le permitiese dejar el país con ellos,
se escapa del puesto fronterizo, mientras los niños y Amelia lloran. Les
abandona en el desierto esperando que así no les coja la policía y puedan
salvarse. Contra su pronóstico, Amelia no es capaz de encontrar ninguna ayuda, están
deshidratados y, para más inri, cuando deja a los niños esperando a la sombra
de un arbusto, tras mucho caminar, encuentra a un policía que la detiene por
ser sospechosa. Los niños son encontrados más tarde, después de que ella
suplicase a los agentes que los buscasen porque estaban solos.
Por todo lo ocurrido, ella es deportada y
Richard reacciona mal ante la noticia aunque decide no demandarla. Después, Amelia
es recibida entre llantos por su hijo en la entrada de México.
Por último, y de nuevo, el ciclo se cierra
con el paisaje urbano y contemporáneo japonés, donde Chieko, a pesar de tener todo
lo material a su alcance, no encuentra la felicidad interior. Se intenta
ofrecer a su dentista y al investigador, y es este último quien la intenta
entender y se da cuenta de su trauma cuando ella le miente contándole que su
madre se tiró por el balcón cuando en realidad se había pegado un tiro. Su
padre, tras reconocer que fue quien regaló el arma con la que Yussef disparó a
Susan, llega a casa, se encuentra su hija desnuda en la terraza de uno de los
pisos más altos del rascacielos en el que viven, la abraza y lloran juntos auto-consolándose.
Lo que
yo he venido a destacar de esta película, además de lo bien estructurada que me
parece que está, junto con lo bien que se enlazan las historias, es el
contraste que contiene implícito entre diferentes lugares del mundo donde
cambia por completo la querencia por lo material pero el dolor sigue estando
presente de igual manera, seas de la cultura que seas y te encuentres viviendo
en unas condiciones u otras. Pero lo que más me ha llamado la atención es que
se haya podido conjugar lo anterior a la vez que se critican pensamientos y
actos que todavía siguen presentes como lo es el racismo. Y, además, han podido
desmontar los prejuicios en cada uno de los casos, como en la las manos que
acaban salvando a Susan o los problemas de Amelia y su sobrino por ser
mexicanos aun teniendo papeles.
La película no es de hace mucho y sigue
haciendo referencia a problemas que todavía persisten y de los que la sociedad
lleva haciendo una crítica en libros, películas y arte desde el siglo XX.
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